EL CAMINO DE SANTIAGO EN LA ACTUALIDAD
El Camino de Santiago es en la actualidad el lugar con mayor peregrinación de toda Europa junto con La Vía Francígena, el Camino a Roma, además de ser el más antiguo de todos los caminos. Cada año decenas de miles de peregrinos se proponen acudir a la catedral a través de los principales caminos, como es el Camino Francés, el Camino Primitivo o el Camino del Norte, considerados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, de las visitas que se reciben por las otras rutas del camino, como es el caso del Camino Portugués, el Camino Inglés, el Camino de Fisterra Muxía, el Camino del Sudeste – Vía de la Plata, el Camino del Mar de Arousa y Río Ulla o el Camino de Invierno, que se fueron fijando a lo largo de la historia.
Actualmente los motivos de los peregrinos que viajan a Santiago por sus distintas rutas son muy variados. Algunos caminan por cuestiones de fe, como pasaba en los orígenes del Camino a Compostela. Otros muchos lo que prefieren es disfrutar de los bonitos paisajes o mantener encuentros con gentes aventureras. Muchos caminan para conocerse a sí mismos, otros para disfrutar de las comidas o el vino, para estar solo o en compañía... Mucha gente va al camino después de un reto importante en su vida o para plantearse ese reto... Y seguramente algunas de esas motivaciones o todas puedan suceder a la vez. Además seguramente habrá tantos motivos y caminos como peregrinos y conocerlas tal vez sea de las partes más bellas de la ruta, pero en cualquier caso, siempre es hermoso recordar, que el Camino no siempre te da lo quieres, pero siempre te da lo que necesitas.
HISTORIAS DEL CAMINO A SANTIAGO
El Camino de Santiago es uno de los lugares de peregrinación y de culto más importantes que hay en todo el mundo.
Te ofrecemos una breve pincelada sobre sus orígenes y la historia del apóstol. Porque toda buena historia tiene al menos un protagonista principal y la nuestra cuenta con Santiago el Mayor, uno de los discípulos más cercanos a Jesús de Nazaret.
Si aunamos INpulsos de lugares y tiempos distintos, podríamos comenzar nuestro relato con esta sugerente cita:
En un lugar de la Palestina romana de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un pescador de carácter enérgico y pasional....
Precisamente en uno de esos días de pesca junto a su hermano, el también apóstol Juan, fue cuando conoció a Jesús.
Resultó de ello una gran amistad, y por ende, el giro deraíz en su sosegada vida junto a la orilla del Mar de Galilea. Pasó de ser pescador de peces a pescador de hombres. Santiago, el peregrino, que fue viajero por Hispania.
Podríamos decir que dos veces desembarcó en la Península Ibérica, la primera lleno de vida y pasión por evangelizar almas paganas, y la segunda ya fallecido.
De su primer viaje la verdad no tenemos muchas reseñas, si bien existen teorías sobre su desembarco en Cartagena, sus visitas al valle del Ebro y la evangelización de las tierras al noroeste de la península. Santiago hizo muy buenos amigos entre los hispanos, y fruto de ello surgieron los siete Varones Apostólicos, quienes prosiguieron su labor tras el retorno del discípulo a su tierra natal.
El retorno de Santiago ¿Y qué hacía Santiago retornando a Palestina, sabiendo que su cabeza tenía un precio puesto por el rey Herodes Agripa I?
Cumplir la promesa de visitar en su lecho de muerte a la madre de su maestro, María.
No fue el único que volvió, pero sí el que pagó muy cara su osadía. No tardó en ser apresado por los romanos y su cabeza desposeída de su cuerpo.
La amenaza cumplió su fatal desenlace y la leyenda del primer Camino comenzó.
Santiago tenía dos fieles discípulos en aquellos tumultuosos años: Teodoro y Atanasio.
Ambos fueron los que rescataron sus restos, y contagiados por el ánimo viajero de su maestro, se hicieron a la mar en busca del último rayo de sol sobre occidente. Siempre y según la tradición medieval, cruzaron el Mediterráneo, bordearon las costas lusitanas y desembarcaron en la hoy conocida Ría de Arosa en Galicia. No contentos con ello, aún siguieron navegando y remontando con la marea alta el río Ulla hasta la población romana de Iria Flavia, muy cerca de Padrón.
La historia del Camino de Santiago surge en el siglo IX cuando el pastor Pelayo descubre el cuerpo del apóstol, concretamente en el año 823. Dicen los escritos que el descubrimiento fue un milagro guiado por unos destellos en el cielo y las estrellas, que señalaban el lugar concreto. Al observar el fenómeno en repetidas ocasiones durante las noches, el ermitaño salió de su cueva y decidió contar lo que ocurría al obispo de Iria Flavia, Teodomiro. Tras comprobarlo una noche optaron por visitar el lugar y descubrieron un sarcófago oculto con el cuerpo de Santiago y el de sus dos discípulos, Teodoro y Atanasio. Ante la importancia de tal hallazgo Teodomiro no dudó en desplazarse hasta Oviedo, capital del reino, para informar al rey Alfonso II, el Casto. Es en este momento cuando podemos responder a cuándo empezó el Camino de Santiago ya que fue el monarca Alfonso II quien, consciente de la importancia del hallazgo, se convirtió en el primer peregrino de la historia iniciando su recorrido desde Oviedo hasta la tumba del apóstol en lo que se conoce como la primera ruta jacobea —o lo que hoy describimos como Camino Primitivo—. Además, fue el rey quien mandó construir el templo para albergar los restos del apóstol y que fuera digno de visitar por otros monarcas cristianos. Este primer templo conforma los orígenes de la Catedral de Santiago (ya que más tarde fue ampliándose hasta convertirse en ella) y el nombre de la ciudad Campus Stellae o Santiago de Compostela.
Otras variantes de los orígenes del Camino de Santiago
También existen otras versiones sobre los orígenes de esta peregrinación milenaria. De hecho, se habla de una variante más antigua todavía. Se dice que los diferentes caminos han estado atrayendo a peregrinos desde antes del siglo VIII a lo largo de la ruta Galaxia hasta Fisterra. El motivo se debe a que se creía que en la ciudad de Fisterra o “el fin de la tierra” se acababa el mundo y muchos querían comprobarlo con sus propios ojos.
... Y en realidad, si llegamos caminando hasta Finisterre, un trozo de nuestro mundo sí se acaba, gracias a todo lo que quedó en un viaje de tantísimas huellas. Y podemos renacer para seguir andando. Con todas las semillas internas que el camino plantó.
Si quieres compartirnos un momento del Camino que te haya marcado o algún recuerdo o foto o cualquier cosa que te emocione de esta aventura como a nosotros, te estamos muy agradecidos por que siempre nos enriquece.